Biometano: qué es y situación en España
Estos últimos años, se han desarrollado energías alternativas más limpias que nos permiten respetar el medioambiente y ser más sostenibles. Algunos ejemplos de energías alternativas podrían ser el biopropano…
Si bien las dos son grandes alternativas energéticas, el gas natural suele utilizarse principalmente en las zonas urbanas y el gas propano en las zonas rurales o semiurbanas.
En la siguiente comparativa te explicamos los aspectos comunes y las principales diferencias entre el gas propano y el gas natural (gas ciudad).
Comenzaremos recordando qué es el gas natural y qué es el gas propano.
En primer lugar, tienes que saber que el gas natural es una fuente de energía fósil, basada en una mezcla de hidrocarburos gaseosos que se extrae tanto de yacimientos independientes de carbón o petrolíferos. Aunque la composición del gas natural varía en función del yacimiento, su principal elemento es el metano.
El gas natural que conocemos hoy se originó hace millones de años como consecuencia de la descomposición de restos de arena, lodo, piedras y otra materia orgánica que se fue acumulando de manera progresiva en las capas de la corteza terrestre, debido al calor y a la presión de la tierra. Los sedimentos quedaron atrapados entre estratos de rocas porosas, dando lugar a lo que hoy denominamos “bolsas de gas”.
Por su parte, el gas propano es un gas licuado (GLP) que se basa en una mezcla de hidrocarburos derivados del gas natural o de ciertos procesos durante el refinado del petróleo. Esta mezcla se compone principalmente de propano, propileno, butilenos y butanos en proporciones variables. Inicialmente el producto se encuentra en estado gaseoso, pero se comprime en una planta de procesamiento de gas natural o en una refinería, para pasar a estado líquido y poder transportarse con mayor facilidad.
El gas natural y el gas propano llegan a nuestros hogares por vías diferentes.
En el caso del gas natural, España importa el combustible desde los países productores (principalmente Marruecos y Argelia) a través de una infraestructura de gasoductos y puertos. Los gasoductos son grandes tuberías que se emplean para transportar el gas natural a gran escala desde un país a otro. Posteriormente, el combustible será distribuido hasta tu hogar o negocio a través de una serie de canalizaciones más pequeñas (red de distribución de gas). España cuenta en la actualidad con una de las redes de distribución de gas más relevantes de todo el continente europeo. Esta red llega, a día de hoy, a casi todo el territorio urbano español, pero la mayoría de zonas rurales o semiurbanas quedan excluidas.
Por su parte, el gas propano es un gas licuado (líquido) que se transporta en bombonas o cisternas y vuelve a gasificarse en el momento de su consumo final. De esta manera, el gas propano resulta más fácil de transportar y se puede suministrar en cualquier área geográfica. En este sentido, este combustible se convierte en una excelente alternativa para cubrir las necesidades energéticas de aquellas zonas que no disponen de acceso a la red. El gas se pone a disposición del usuario a través de diferentes formatos de distribución: bombonas (de 11 y 35 kg), de un depósito a granel o de un sistema canalizado.
Tanto el gas propano como el gas natural son dos fuentes energéticas compatibles con el abastecimiento de calefacción, agua caliente sanitaria y cocina en el ámbito doméstico. Además de todos estos usos, en el ámbito industrial se puede incorporar en multitud de procesos de diversos sectores.
El gas natural puede suministrarse en todas las viviendas o negocios que tienen acceso a la red pública de gas. Si bien es cierto que es suministrado en todos los lugares a los que llega la red, el gas natural, por sus propias características, resulta más idóneo en zonas templadas o cálidas, dado que podría congelarse con temperaturas inferiores a -5º.
Por el contrario, el gas propano, al transportarse en botellas o en cisternas, puede suministrarse en cualquier ubicación geográfica. De esta manera, resulta la mejor opción para aquellos consumidores emplazados en áreas rurales o semiurbanas sin acceso a la red de gas. Es, además, un combustible muy adecuado para zonas frías, dado que es capaz de resistir temperaturas de hasta -44º.
Otro de los aspectos que podemos comparar hace alusión al poder calorífico de cada gas.
Cuando hablamos del poder calorífico de un combustible nos referimos a la cantidad de calor que es capaz de generar tras su combustión. El poder calorífico, también denominado poder calórico, puede dividirse en dos tipos: el poder calorífico inferior (PCI) y el poder calorífico superior (PCS).
El gas natural tiene un PCI de 10,83 kWh / Nm3 y un PCS de 11,98 kWh / Nm3.
El gas propano, por su parte, tiene un PCI de 26,20 kWh / Nm3 y un PCS de 28,46 kWh / Nm3.
Como ves, el gas propano posee un alto poder calorífico, tanto inferior como superior. Gracias a sus propiedades físicas, este gas es capaz de producir más calor, en menos tiempo y con menos gasto de combustible. En este sentido, podemos afirmar que, en términos generales, el gas propano resulta más eficiente que el gas natural.
Por su formato de distribución (a través de la red de gas), el gas natural puede ofrecer al usuario un suministro seguro y sin cortes energéticos.
En el caso del propano, sin embargo, la continuidad del suministro variará en función del formato de distribución del gas. El suministro constante estará garantizado cuando el propano se distribuya a través de depósito o de un sistema canalizado. Sin embargo, si el propano se distribuye en botellas o bombonas (de 11 o 35 kg), el usuario tendrá que estar pendiente de sus consumos para sustituirlas cuando el gas esté por agotarse, evitando así los posibles cortes o interrupciones energéticas.
A día de hoy ambos gases resultan muy seguros. El protocolo de transporte y de instalación se encuentra regulado para garantizar la protección de los consumidores en todo momento. La misma normativa incluye unas pautas de mantenimiento que permiten comprobar el buen estado y la salud de los equipos.
Ambos gases son incoloros e inodoros. A pesar de ello, tanto al gas natural como al gas propano se les añade un olor artificial para que el consumidor pueda detectar cualquier tipo de fuga.
Debes saber que las tarifas se fijan de manera diferente en el caso del gas natural y del gas propano.
El precio del gas natural se encuentra regulado por el Estado. Sin embargo, desde 2008, las comercializadoras pueden vender el combustible de manera liberalizada. Los consumidores deberán abonar, en cualquier caso, un término fijo por el acceso al suministro y una cantidad variable, en relación al consumo realizado. En la actualidad, el precio del gas natural se sitúa, aproximadamente, entre 0,04 y 0,06 €/KWh.
En el caso del gas propano, su precio se fija de manera diferente en función de su formato de distribución. El combustible se comercializa en un mercado liberalizado cuando se distribuye a granel o en bombonas de 35 kg. Cuando el gas se distribuye en bombonas de 11 kg o través de un sistema canalizado, es el Estado quien fija el precio del combustible. En la actualidad, el precio del gas propano se sitúa aproximadamente entre 0,08 y 0,14 €/KWh.
En la actualidad, el gas natural y el gas propano son dos de las energías más limpias. Ambos se posicionan como grandes aliados para la transición energética.
El gas natural se extrae directamente de las reservas naturales y llega a su punto de consumo sin haberse sometido a transformaciones químicas, por lo que las emisiones que genera son mínimas.
El gas propano, por su parte, resulta también una de las energías más limpias. Pese a que el gas propano supera ligeramente las emisiones que genera el gas natural, es importante recordar que el propano es una energía más eficiente. Esto quiere decir que una caldera de gas propano consumiría menos combustible que una de gas natural para abordar la misma necesidad energética, generando, por tanto, menos emisiones a la atmósfera.
Tanto el gas natural como el gas propano son alternativas energéticas muy eficientes, seguras y respetuosas con el medio ambiente. A pesar de sus diferencias, ambas fuentes energéticas son muy similares.
Como hemos reiterado a lo largo de este artículo, el gas natural suele emplearse habitualmente en zonas urbanas con acceso a la red pública, mientras que el propano resulta una gran alternativa para todas las zonas, rurales o semiurbanas, que no disponen de acceso a la red.
Si bien es cierto que el propano se recomienda, sobre todo, en aquellas áreas sin acceso a la red de gas natural, lo cierto es que este combustible resulta igualmente eficiente en las zonas que sí tienen acceso a la red. Muestra de ello es la historia de Conservas Plaza Chica. Esta compañía riojana venía utilizando el gas propano como motor energético de la actividad antes de que la red de gas llegase al pueblo en el que se emplaza su planta de producción. Tiempo después se construyó la red de gas en el pueblo y, a pesar de ello, decidió seguir utilizando el gas propano por el nivel de satisfacción que le proporcionaba tanto el potencial y la rentabilidad del combustible como el servicio de Primagas. En el siguiente vídeo puedes conocer mejor su historia: