Biometano: qué es y situación en España
Estos últimos años, se han desarrollado energías alternativas más limpias que nos permiten respetar el medioambiente y ser más sostenibles. Algunos ejemplos de energías alternativas podrían ser el biopropano…
En este artículo de Primagas te detallamos todas las particularidades de este gas, para que puedas entender mejor sus usos, sus ventajas y sus diferencias respecto al resto de combustibles.
El gas propano fue descubierto por primera vez en 1857 por el químico francés Marcellin Berthelot. Sin embargo, no fue hasta 1910 cuando se reconocieron sus propiedades energéticas. Por aquel entonces, el químico estadounidense Walter Snelling fundó, junto a sus compañeros, la compañía American Gasol Co., que se convertiría en la primera comercializadora de gas propano.
En 1912 se aprobó una patente para producir este gas licuado y, tras ello, el uso comercial del propano se incrementó notablemente. En Europa, la primera botella se vendió en Francia en 1934.
En 1935, el volumen de las ventas anuales de gas propano alcanzó los 56 millones de galones estadounidenses (aproximadamente 211 millones de litros). Durante esa década, se hicieron innovaciones en el transporte, se mejoró la odorización del gas y se construyeron plantas de llenado de botellas.
Desde entonces, la producción de propano no ha parado de crecer. En 2004, más de 15 mil millones de galones estadounidenses se usaron anualmente en los Estados Unidos.
El gas propano se obtiene a partir de extracciones de gas natural o de los gases generados durante los procesos de cracking que tienen lugar en las instalaciones petroquímicas. Así, se entiende que el gas propano es un subproducto del procesamiento del gas natural y de la refinación del petróleo.
En el pasado, el gas licuado del petróleo (GLP) era un producto no deseado y se destruía por venteo o quema en antorcha, desperdiciando así el enorme potencial de esta excepcional fuente de energía.
Cabe destacar que la naturaleza de los diferentes depósitos o yacimientos de los hidrocarburos, determinarán la pureza y la calidad del GLP extraído.
El propano es una energía portátil, es decir, puede transportarse, almacenarse y consumirse prácticamente en cualquier lugar del mundo.
En función de la localización de las plantas de producción de GLP y sus comunicaciones con los mercados de consumo, el propano podrá ser transportado hasta los puntos de almacenaje a través de varias vías: por gasoducto, por mar, por carretera o por vías ferroviarias.
Tradicionalmente, la distribución del propano se ha realizado a través de buques a presión, así como también mediante camiones y vagones de ferrocarril, a excepción de las entregas a granel refrigeradas a Japón. El transporte hacia el interior de grandes volúmenes de propano, también se ha realizado mediante un sistema de tuberías, especialmente en Estados Unidos.
Una vez llega a su destino, el gas propano se puede descargar en tanques de almacenamiento refrigerados o, después de su calentamiento, en tanques presurizados que abastecen instalaciones de distribución a presión convencionales.
Por otro lado, para transportar el propano desde el punto de almacenaje hasta el consumidor final, se utilizan botellas cilíndricas y vehículos a granel de diferentes capacidades. Cabe mencionar que cuanto mayor sea la carga de GLP, más económico resultará su transporte.
Al contrario de lo que sucede con otros tipos de suministros, el gas propano se comercializa en diferentes formatos. Para decantarse por un suministro u otro, los usuarios tendrán que valorar sus niveles de consumo y el espacio disponible en las instalaciones.
En la actualidad, los consumidores pueden proceder a la contratación del suministro de propano en las siguientes modalidades: propano envasado, propano a granel y propano canalizado.
Si bien es cierto que, en origen, el gas propano es un gas inodoro, durante el proceso de producción, los fabricantes de gas propano le añaden olor de manera intencionada para que los clientes puedan detectar con facilidad cualquier posible fuga.
El gas propano es mucho más económico, eficiente y sostenible que otros tipos de energías habituales como la electricidad o el gasóleo. Precisamente por ello, el propano se utiliza muy a menudo para cubrir las necesidades energéticas de la calefacción, la cocina y el agua sanitaria de los hogares, negocios e industrias.
Sus propiedades físicas hacen que el propano sea un gas fácilmente licuable. Al transformarse a estado líquido, este gas presenta grandes ventajas tanto para ser transportado en grandes cantidades, como para ser envasado en bombonas más reducidas. Así, el propano se suele suministrar envasado en bombonas de 11 y 35kg, a granel o canalizado. El precio del propano varía en función del formato en que se distribuye.
A diferencia de otros gases licuados como el butano, el propano es ideal tanto para zonas de climas templados como para zonas de climas fríos, ya que se gasifica a bajas temperaturas y su temperatura de congelación es de -44 grados centígrados.
El gas propano se puede comprimir a presiones relativamente bajas y se almacena, generalmente, en estado líquido en recipientes de acero. La composición química del gas propano consiste en tres átomos de carbono y ocho átomos de hidrógeno, conectados por enlaces simples.
Normalmente, el propano incluye componentes saturados como el propano, el butano y el isobutano, así como también componentes insaturados como el propeno (o propileno) y el buteno (o butileno).
La fórmula química desarrollada del propano es C3H8, mientras que su fórmula semidesarrollada es CH3CH2CH3.
En la actualidad, el gas propano es una de las fuentes energéticas más excepcionales de todas las disponibles en el mercado. Se trata de una energía limpia, baja en carbono, eficiente e innovadora, que ofrece beneficios a los consumidores, a la industria y al medio ambiente.
En la situación de emergencia climática actual, cabe destacar que el propano es una de las fuentes energéticas más limpias que existen y con menores emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), si se considera todo su ciclo de vida. El GLP emite escasas emisiones de CO2 y contamina el aire menos que el gasóleo, el fueloil, la madera o el carbón.
Se trata, además, de un producto no tóxico y que no afecta a las masas de agua, al suelo o los acuíferos. El GLP también contribuye a reducir las emisiones de hollín y partículas, que no solo deterioran la calidad del aire en interiores y exteriores, sino que pueden causar graves problemas de salud.
Por todo ello, el propano se considera una energía clave para la transición energética.
La definición del poder calorífico de un combustible es la cantidad de calor que se obtiene tras su combustión.
Durante el proceso de combustión, la energía química del gas se transforma en energía térmica, la cual se transfiere en forma de calor. Por tanto, podemos decir que el poder calorífico de un gas es equivalente al calor que es capaz de generar.
El gas propano destaca por su elevado poder calorífico, pues sus propiedades consiguen que sea posible generar más calor, en menos tiempo y con menor gasto de combustible. El poder calorífico inferior (P.C.I.) del propano comercial es de 11.082 Kcal/Kg y el poder calorífico superior (P.C.S.) es de 12.052 Kcal/Kg.
El proceso de combustión del gas propano responde a los principios propios de la reacción de oxidación que se da en la combustión de cualquier otro material. Esto es, el calor se obtiene por dos elementos: el combustible (en este caso, propano) y el oxígeno. No obstante, y a diferencia de otros procesos de oxidación, para que el propano emita calor se hace necesaria la presencia de un elemento que active esta reacción: en este caso sería, por ejemplo, la llama de la caldera.
De esta manera, y con el objetivo de conseguir el calor desprendido de la combustión del propano, los 3 elementos se hacen indispensable: combustible, oxígeno y energía de activación.
El gas propano es una energía polivalente que puede emplearse en diferentes ámbitos. En la actualidad tiene más de 1.000 aplicaciones.
Sus principales aplicaciones se relacionan con el calentamiento de espacios, con el agua caliente sanitaria, con la cocina o con la puesta en marcha de motores de combustión interna. Así, esta versatilidad hace que el propano se utilice para activar hornos, calentadores de agua, estufas, secadoras, refrigerantes, propulsores de aerosoles, automóviles, autobuses, bombas de riego y vehículos de flota, entre otros. Cuando el propano se utiliza como combustible de vehículos recibe el nombre de autogas. Por ello, gracias a su versatilidad y a su facilidad de transporte, el propano resulta ideal para el abastecimiento energético de zonas rurales sin acceso a la red de gas natural.
El consumo de gas propano no para de crecer. A medida que avanza la tecnología, van surgiendo más aplicaciones de este gas.
Se trata de una energía limpia, potente, rentable y versátil capaz de cubrir las necesidades energéticas domésticas e industriales, minimizando el impacto medioambiental. En este sentido, cobra especial importancia la aparición del biopropano, un biogás resultado de la evolución del propano que se consigue a partir de fuentes renovables y residuos orgánicos.
La situación de emergencia climática y las políticas mundiales encaminadas a reducir las emisiones contaminantes hacen que el propano se esté consolidando como uno de los grandes aliados para el cambio de modelo energético.