Biometano: qué es y situación en España
Estos últimos años, se han desarrollado energías alternativas más limpias que nos permiten respetar el medioambiente y ser más sostenibles. Algunos ejemplos de energías alternativas podrían ser el biopropano…
A lo largo de esta publicación, conocerás las opciones de suministro de gas que el mercado ofrece en todos los escenarios posibles y qué opción es la que más te conviene.
Antes de pensar en compañías, distribuidores y/o suministradores de gas, el primer punto que has de considerar son las opciones de las que dispones en función del lugar donde el gas vaya a ser utilizado.
Para ello, la primera pregunta que has de hacerte es “¿Tengo acceso a la red de gas natural?”. En función de la respuesta que des a esta pregunta, las posibilidades de las que dispones serán unas o serán otras.
Por lo general, este primer escenario es el más frecuente en ciudades y núcleos urbanos donde la infraestructura de la red de gas natural está completamente desarrollada. En esta situación, las viviendas y empresas conectadas a dicha red toman el gas directamente de ella para su posterior aprovechamiento en procesos productivos, calefacción, agua caliente sanitaria (ACS) o cocina, entre otros.
El gas natural, mezcla de algunos gases como el metano o el dióxido de carbono, llega a España a través de gaseoductos o barcos – en este segundo caso, lo hace en estado líquido -, desde donde, posteriormente, se distribuye a través de los casi 15.000 km de tuberías que conforman la red española. De esta manera, y a través de esta extensa red de distribución, el gas natural llega, de manera ininterrumpida, a las viviendas y negocios que disponen de la acometida necesaria.
Sin duda alguna, se trata de una opción cómoda y sencilla para disponer de gas; no obstante, la realidad es que esta red no suministra todo el gas requerido en todos los municipios del país. De hecho, de acuerdo con el último informe anual publicado por la Asociación Española del Gas, el 65% de los hogares españoles no disponen de esta conexión.
Es por ello que, en aquellos pequeños núcleos urbanos ubicados en lugares muy remotos, se hace necesario poder recurrir al suministro de gas a través de otras vías igual de confiables.
Si tu negocio o vivienda no tiene la posibilidad de estar conectado a la red de gas natural, aparecen entonces varias posibilidades que te pueden permitir disfrutar de este combustible hasta en los lugares más remotos que puedas imaginar.
El primer punto a tener en cuenta es que, para los casos en los que no existe conexión a la red, el gas se ha tratado para que su manejo, transporte y acumulación, se haga en estado líquido. Es por esta sencilla razón por lo que, cuando hablamos de propano, butano e, incluso, gas natural, nos referimos a todos ellos como “gases licuados”.
El motivo por el que se licuan estos gases es que, debido a que se almacenan en depósitos y no llegan a nuestra acometida particular a través de un sistema de gaseoductos, es necesario minimizar el espacio que ocupan; en estado gaseoso requeriría de mucho más espacio para su acumulación que el necesario en estado líquido.
Así pues, y en función de las necesidades energéticas de cada emplazamiento, el tamaño requerido para el almacenaje variará y, por lo tanto, las opciones del mercado, también.
El gas envasado es la opción más básica y de menor tamaño; se trata de lo que comúnmente conocemos como "bombonas o botellas". Dentro de esta categoría nos encontramos con dos posibilidades: gas propano envasado o butano. Mientras que el propano está presente en otros formatos, el butano únicamente lo encontramos dentro de esta categoría.
De esta forma, y atendiendo al tamaño de estas bombonas o botellas, nos encontramos con:
A excepción de las botellas de 35 kg, que pueden llegar a tener un uso profesional y ser integradas en baterías de varias unidades, todas las demás bombonas quedan limitadas al uso residencial e, incluso, esporádico; dada la limitada capacidad que tienen, en caso de tener un alto consumo, cambiar las vacías por nuevas con cierta frecuencia puede ser incómodo y poco práctico.
Además del tamaño de las botellas, es importante tener en cuenta que, mientras que la temperatura de congelación del butano es de 0ºC, el propano lo hace a -44ºC; por esta razón, además de otras como el poder calorífico de cada uno (12,86kWh/kg del propano frente a 12,44kWh/kg del butano), las botellas de propano resultan más confiables que las de butano.
Por lo tanto, el butano únicamente se recomienda para uso doméstico y/o esporádico (consumo bajo o medio-bajo) en lugares de clima templado. Para lugares más fríos y donde el consumo sea más amplio, se recomienda el uso de propano.
Para solventar el enorme inconveniente que supone para el
consumidor la sustitución de nuevas botellas por las que ya han sido vaciadas,
nos encontramos con dos opciones para recibir el suministro de gas de una
manera mucho más cómoda y sencilla: propano a granel y canalizado.
Mientras que, en el caso de las botellas, nos encontramos con la posibilidad de elegir entre butano y propano, cuando hablamos de gas a granel las posibilidades son el gas propano y el gas natural licuado (GNL).
Lo que marcará la diferencia entre el uso de propano o el de GNL es, básicamente, el consumo. Pese a que ambas alternativas son perfectamente válidas tanto para casos particulares como profesionales, el GNL es especialmente interesante cuando los consumos y necesidades energéticas son muy elevadas, como es el caso de los procesos industriales.
No obstante, e independientemente del gas del que se trate, el funcionamiento de esta modalidad es el mismo. Tras instalar un depósito en el exterior de la vivienda o empresa y hacer la puesta a punto, ese depósito estará listo para abastecer de gas.
¿Cómo se realiza el suministro de gas propano? Sencillo; un camión cisterna del proveedor de gas licuado pasará por allí y lo recargará. Más aún si la instalación de ese depósito cuenta con telemedida, una herramienta que permite alertar al proveedor del nivel de gas en el interior del depósito para que no te tengas que preocupar por nada. De esta manera, el rellenado del depósito dependerá única y exclusivamente del consumo que realices.
Por lo general, los proveedores de este tipo de gas se hacen
cargo de la ejecución de la instalación e, incluso, del coste inicial de la
misma, de manera que no tengas que realizar ningún desembolso inicial.
Mientras que en el caso anterior cada depósito pertenece a una vivienda o negocio, cuando hablamos de canalizado, nos referimos a un mismo depósito compartido por varias viviendas o pequeños negocios. De esta manera, desde un mismo depósito parte una red de canalizaciones que se dirigen a todos los consumidores que formen parte de este canalizado. En este caso, y con el objetivo de conocer lo que cada vivienda consume exactamente, se coloca un contador por cada uno.
Esta opción es verdaderamente interesante en aquellas zonas semi-urbanas donde se concentra una gran cantidad de viviendas que no llegan a tener acceso a la red de gas natural.
En cuanto al depósito, e independientemente de que se trate de granel o canalizado, su ubicación, además de contar con las normas de seguridad pertinentes que establece la normativa, puede ser enterrado o en la superficie (aéreo). Sea enterrado o aéreo, el depósito será el mismo y lo único que puede variar es, además del impacto visual, el tipo de instalación a realizar.
Realmente no existe una respuesta que sirva para todo el mundo de la misma manera, pues cada uno habita y/o trabaja en un lugar o en otro y, por tanto, las características y circunstancias pueden variar drásticamente.
No obstante, desde Primagas queremos dejarte un listado de todos aquellos puntos que has de pensar a la hora de evaluar todas tus opciones:
Ten en mente todos estos puntos, dales respuesta y, si te animas, deja un comentario abajo respondiendo brevemente a estas preguntas y te informaremos de las opciones que más te convienen.
Y tú, ¿tienes el suministro de gas óptimo? Te invitamos a que nos cuentes tu caso y experiencia con un comentario en esta misma publicación. ¡Muchísimas gracias!