¿Cómo se han reducido las emisiones de CO2 durante la pandemia?

Descenso del consumo energético en España y en el mundo

Como todos sabemos, además del impacto sociosanitario de la pandemia, esta ha alterado y modificado muchos aspectos de nuestra vida y sociedad, incluyendo el consumo energético. En este sentido, podemos hablar de:

• Nuevos patrones y necesidades de consumo energético: El uso de la energía es omnipresente y su demanda en el mundo continúa creciendo. Cada vez pasamos más tiempo en casa y dependemos más de equipos electrónicos que exigen un consumo energético prácticamente constante. No obstante, debemos tener en cuenta que estos equipos son cada vez más eficientes (en términos energéticos) y pueden funcionar con el mismo rendimiento utilizando una cantidad menor de energía.

Por otro lado, podemos afirmar que estamos ante un consumidor cada vez más comprometido. La situación de emergencia climática ha impulsado una gran acción divulgativa para concienciar a la población sobre la necesidad de moderar los consumos. De esta manera, en la sociedad actual cada vez son más los consumidores que apuestan por utilizar la energía de manera responsable.

• Menor consumo de gas natural: Se prevé que el consumo de gas natural experimentará un notable descenso a lo largo de 2022. La guerra de Ucrania ha generado una situación de presión y de incertidumbre en el mercado del gas natural. Las previsiones de la Agencia Internacional de la Energía (IEA) estiman que el consumo de gas natural en Europa descienda en 2022 alrededor de un 6%.

• Crecimiento de las energías renovables: Las energías renovables representan el eje de la transición energética. Sin lugar a duda, el futuro pertenece a las renovables. Por ello, en los últimos años, las fuentes renovables han experimentado un notable crecimiento. La mejora de las infraestructuras y el compromiso cada vez mayor de los consumidores, ha logrado que energías como la solar o la eólica tengan una presencia cada vez mayor en la generación eléctrica. Por otro lado, se trabaja en el desarrollo de tecnologías renovables emergentes que presentan grandes posibilidades de futuro, como el hidrógeno o la energía marina.

• Cambios en los precios: El precio de la energía continúa oscilando sin frenos. Esto se debe a diferentes factores. En primer lugar, debemos mencionar la crisis ocasionada por la COVID-19. Durante los meses más duros de la pandemia, muchos ciudadanos se vieron obligados a quedarse en casa y muchos centros de trabajo tuvieron que cerrar, algunos de manera temporal y otros para siempre. Esto trajo consigo un descenso de los consumos energéticos muy notable. Es cierto que la COVID-19 y la guerra de Ucrania tensaron el mercado energético, pero también han influido otros factores como la escasez de los recursos, las políticas energéticas que penalizan las emisiones contaminantes o el despliegue de las renovables también han influido en los precios.

Gran reducción de emisiones de CO2

Durante la primera mitad de 2020 hubo la mayor reducción de emisiones de CO2 registrada desde el año 1900. Un reciente estudio confirma una bajada global de las emisiones del 6,5%, un porcentaje que varía mucho en relación con cada país.

España, por ejemplo, fue uno de los países estudiados con un mayor descenso relativo. La variación respecto al año 2019 fue del 17,2%, especialmente debido a la reducción de la producción de energía y en las limitaciones del transporte terrestre, sin duda dos de los sectores con las mayores caídas en emisiones de CO2 a nivel global.

Sin embargo, a medida que las restricciones de la pandemia se fueron relajando y la sociedad comenzó a recuperar las rutinas de la vida pre-COVID los niveles de emisiones volvieron a subir.

¿Y el futuro? Proyecciones de emisiones de CO2 en la UE hasta 2050

El planeta se enfrenta a una crisis climática de gran envergadura a la que necesitamos hacer frente. En este sentido, se vuelve indispensable que la sociedad adopte medidas orientadas a garantizar la reducción de emisiones de CO2 antes de 2050. Así lo establece la estrategia energética de la Unión Europea.

Para lograr que la reducción de emisiones se convierta en una realidad tangible y duradera, es necesario que implementemos cambios reales en nuestros hábitos sociales. De la misma manera, es necesario ejecutar transformaciones estructurales en la producción energética, impulsar las viviendas eficientes y abogar por un transporte que no depende de combustibles fósiles.

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