Los super poderes del Autogas
¿Te imaginas conducir un coche que no solo cuida tu bolsillo, sino también el medio ambiente? Si aún no has oído hablar del Autogas, prepárate para sorprenderte. Este combustible alternativo está revolucionando…
La situación de emergencia climática a la que nos enfrentamos en la actualidad nos obliga a adoptar medidas urgentes para reducir el impacto medioambiental de nuestro día a día. En este contexto, uno de los principales retos que tenemos como sociedad hace referencia al ámbito energético.
Las instituciones internacionales han definido ya un plan de trabajo orientado a sustituir los combustibles fósiles que se emplean para generar electricidad o energía calorífica, por otras energías más limpias, renovables y sostenibles. Hablamos de la transición energética.
En este artículo vamos a explicarte, en concreto, qué es la biomasa y cuáles son sus ventajas frente a otras opciones.
La biomasa es una fuente energética que se obtiene a través de materiales orgánicos y biodegradables. Estos materiales son residuos, deshechos y subproductos que derivan de las actividades agrarias, de la silvicultura, de la pesca, de la acuicultura o incluso de los residuos industriales y municipales. Se trata de materia de origen vegetal o animal.
Algunos de los combustibles más comunes de biomasa son leña, astillas, pellets, huesos de aceituna o cáscaras de fruta.
La biomasa puede utilizarse en el ámbito de la electricidad, la calefacción, el transporte o la industria, entre otros.
Podemos establecer una clasificación de la biomasa atendiendo a dos factores: su procedencia y su estado de humedad.
Si atendemos a su procedencia, podemos distinguir:
Si atendemos a su cantidad de agua, podemos distinguir:
La transformación de la biomasa en energía se consigue a través de la descomposición por bacterias de la materia orgánica, utilizando procesos de fermentación alcohólica y metánica. Así, la electricidad se genera convirtiendo la energía química del gas obtenido en energía mecánica a través de un proceso de combustión. Esta energía mecánica activará un generador encargado de producir la electricidad.
Por otro lado, la biomasa también se puede emplear en calderas de combustión directa, a través de un proceso termoquímico.
Una central de biomasa es una central termoeléctrica dedicada a la generación de energía eléctrica a partir de materia orgánica.
Las centrales de biomasa reciben los residuos orgánicos y los separan por tamaño. Posteriormente, estos materiales se trasladan a una caldera de combustión. El vapor de agua que resulta de este proceso activará unas turbinas que generarán energía mecánica. Por último, un generador transformará esta energía mecánica en energía eléctrica. Después, un transformador aumentará el voltaje de la energía generada y la canalizará hacia la red eléctrica convencional.
La biomasa presenta numerosas ventajas como fuente energética, pero también se les atribuyen algunos inconvenientes. Por ello, es importante entender bien cómo funciona antes de tomar una decisión.
Uno de los principales puntos a favor de la biomasa es su origen renovable. Así, se trata de una fuente de energía inagotable y limpia. De esta manera, su impacto ambiental es mínimo.
Por otro lado, se trata de energía barata. El coste de la biomasa puede llegar a ser cuatro veces inferior respecto al coste de otras alternativas energéticas.
En cuanto a sus desventajas, podemos reseñar que las calderas de biomasa suelen tener un rendimiento inferior respecto a otro tipo de calderas. Este tipo de energía también nos obliga a disponer de un espacio para el almacenamiento de todos los materiales combustibles (leña, residuos, etc). De la misma forma, cuando hablamos de biomasa estamos ante una energía menos eficiente que otras alternativas.
Lo cierto es que la biomasa ha sido utilizada como fuente energética desde la antigüedad. Sin embargo, en los últimos años esta alternativa ha ido ganando terreno y son cada vez más los usuarios que recurren a ella para generar energía.
Tradicionalmente, el uso de la biomasa en nuestro país ha tenido presencia en el ámbito doméstico. En el ámbito industrial, su presencia ha sido significativamente menor.
El incremento de las necesidades energéticas de la población y el contexto de cambio climático han impulsado el interés de la sociedad para apostar por alternativas energéticas más sostenibles.
Los porcentajes de electricidad a partir de biomasa en España, sin embargo, siguen siendo menores en relación con otros países europeos. Alemania es el país de Europa que más biomasa consume.
Pese a ello, España presenta un enorme potencial para desarrollar una importante industria energética basada en la biomasa. Nuestro país dispone de recursos biomásicos de diversa naturaleza y más que suficientes para que puedan ser aprovechados en cantidades industriales. Según los datos de la CNMC, en España existe una capacidad de producción eléctrica a partir de biomasa equivalente a 518 MW de biomasa sólida, 224 MW de biogás y 290 MW de residuos renovables.
En la actualidad, las comunidades españolas que más están apostando por la biomasa son Andalucía, Castilla y León y Galicia.
Por ello, la biomasa puede convertirse, junto con otras alternativas como la solar o el Biopropano, en una aliada para cumplir con los objetivos de las actuales políticas medioambientales y socioeconómicas.